La comunicación institucional no debería ser un espejo que devuelve la imagen de la institución, sino un puente que conecta con las personas. No se trata solo de informar, sino de acercar, de explicar cómo las decisiones impactan en la vida cotidiana. Y esto solo es posible si se comunica de forma clara, accesible, con empatía y con enfoque de género. Porque comunicar bien no es hablar bonito, es servir mejor.
En muchos espacios institucionales y políticos, la comunicación sigue girando en torno a sí misma. Los boletines, las conferencias de prensa, los comunicados… todo está diseñado para hablar de la institución y no para las personas.
La prioridad es posicionar temas, cumplir con la agenda, cubrir los eventos. Pero ¿de qué sirve hablar de un tema si nadie entiende cómo le afecta o cómo le puede ayudar?
El verdadero propósito de la comunicación institucional no debería ser verse bien, sino servir mejor.
Cuando las instituciones comunican sin pensar en las personas, el resultado es un montón de publicaciones vacías que no generan confianza, no resuelven dudas y no impulsan la acción.
👉 En lugar de poner un link a la conferencia que nadie va a ver, ¿por qué no explicamos de forma sencilla cuáles son los beneficios para la ciudadanía?
👉 En lugar de decir “se firmó un convenio”, ¿por qué no explicamos cómo ese convenio cambia la vida de las personas?
La comunicación institucional debería ser un puente que acerque la información a las personas de manera clara, accesible y útil.
Además, muchas instituciones aún comunican sin enfoque de género.
Las mujeres, que enfrentamos barreras estructurales para acceder a información, servicios y beneficios, seguimos siendo las grandes olvidadas en la forma en que se comunica.
Una comunicación que no contempla estas desigualdades no solo es ineficiente, sino que perpetúa las brechas que queremos cerrar.
Incorporar un enfoque de género no debería ser una opción, sino un requisito.
Si queremos transformar la comunicación institucional, necesitamos:
✔️ Explicar los beneficios concretos para las personas.
✔️ Traducir los procesos complejos en mensajes accesibles.
✔️ Comunicar con enfoque de género.
✔️ Conectar desde la empatía, no desde la estructura.
✔️ Usar tecnología de forma creativa para ampliar el alcance.
La comunicación política no es para que nos escuchen, es para que nos entiendan.